La vida breve
Si podemos hablar, ya no me interesa. Si yo puedo decirlo todo, todo no tiene otro destino que tu inteligencia. Si yo hablo y tu comprendes todo, no vas a entender lo que yo podría desear que entendieras. Para que me entendieras, realmente, tendrias que estar tan enfurecido, que te sería imposible entenderme. Y tampoco a mi me importa. Parezco estar hablando a un cadaver; pero, a un cadaver que puede razonar sin equivocarse. Es que se acabó el amor. Ya sabemos, lo hemos repetido tantas veces, que el amor es comprension. Y sin embargo, solo dura mientras lo podemos comprender, otra vez, dede el principio. [...] empiezo a sentir, como se siente el paso de los años, que los pies se me están enfriando. ¿Asi que la fuente de mi alegria no esta aqui y no eres tu? ¿Que de noche me enrosco contra tu cuerpo para recordar los motivos de felicidad que inventé durante el día, aparte de ti?.
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