lunes, octubre 15, 2007

Entre los de 50 y una fundición de alborada


Confundidísima una noche maravillosa de sábado y un domingo impecable. No puedo quitarme de la mente algo que ví pero tampoco puedo decir que fue, sólo que constaba de limpieza, frescura y blancura. Satisfecha (exacerbadamente)
Sólo dormí dos horas pues llegué a la fiesta como a las nueve, cené unos tacos riquísimos, luego empecé a copear un poco y la buena Vero echándome la mano. Luego entre los invitados, bastante mayores que yo y ningún contemporáneo empezamos a cantar de son a son, de trova a trova, de poema en poema, de trova en trova y de josé Alfedro en José Alfedro. A la una de la mañana me percaté que la persona más joven en esa fiesta tenía alrededor de 35 años. Me puse a pensar en lo lindo que la pasé, divertidísima. Los demás eran de rodada 40, de rodada 60, de rodada 70 y hasta de rodada 80. Imaginaos, Bizarrísimo. Sin dar mucho dato, tan divertida estaba que me dormí hasta las 7:00 sin ver el amanacer pero viendo cosas mejores, amaneceres distintos.
Definitivamente esa noche me volví más sensitiva y empecé la semana cargada de nuevas experiencias (peligrosas)(gozosas) maduras y entrañables.
Bien la fiesta de Jaime.
Y bien por mí que fui la única que no es de la familia, la única que no pasa de los 30, la única que se durmió hasta las 7 y la única que se sintió muy FELIZ y altamente satisfecha.
Además que linda es la juventud cuando alguien más joven que tú decide regalartela.