domingo, febrero 17, 2008

El desamor

Había dejado de lado la escritura por andar romanceando. Que gran encuentro con el mundo italiano, sin embargo, creo que me enamoré más de lo debido. Algo sólo algo podía romper tan idílico encuentro, el miedo de alguno de los dos. Él inclinó la balanza y aterrado corrió, quisiera encontrar explicación alguna. Sólo miedo es la única razón.
mañana empiezo la tesis y estoy pensando entrar a un Coloquio de literartura el Guanajuato y aotro en CU, espero el día llena de proyectos, estoy tranquila a pesar de de haber terminado con Franco, triste pero tranquila, y de hecho he estado sonriendo,la meláncolica Moni se despide por un rato, y la Moni alegre, amiga de Anaid volvió, una sonrisa para el, pensando en él y esa eterna mirada de dulzura a salud de él.

PEQUEÑA DEL AMOR



Pequeña del amor, tú no lo sabes,
tú no puedes saberlo todavía,
no me conmueve tu voz
ni el ángel de tu boca fría,
ni tus reacciones de sándalo
en que perfumas y expiras,
ni tu mirada de virgen
crucificada y ardida.

No me conmueve tu angustia
tan bien dicha,
ni tu sollozar callado
y sin salida.

No me conmueven tus gestos
de melancolía,
ni tu anhelar, ni tu espera,
ni la herida
de que me hablas afligida.

Me conmueves toda tú
representando tu vida
con esa pasión tan torpe
y tan limpia,
como el que quiere matarse
para contar: soy suicida.

Hoja que apenas se mueve
ya se siente desprendida:
voy a seguirte queriendo
todo el día.