SSSHHH Ahí van una serie de letritas que poco a poco conforman espectáculos de mi vida, tristones, alegres, melancólicos y revolucionarios.
Era una familia de cuatro, dos niñas, un niño y la madre. Sus rostros revelaban un semblante verdaderamente cansado, sus ojos, estaban rojos, de verdadero cansansio, trataban de dormir, sin tomar en cuenta los malos frenos del metro y la mala voluntad de conductor,la madre dormitaba y a punto de caer del asiento, uno de los hijos la sostuvo, y de qué manera, la abrazó fuerte, con amor, con cariño, con dulzura, la madre sin despertar, se tendía bajo los brazos del hijo.
Desde mi asiento, la primera intuición fue la de pobreza=infelicidad, creí ver tristes sus rostros, con sus cuerpos medio vestidos de ropas rotas, con aquellos oscurecidos pies mal calzados.
Sin embargo ellos. Ellos eran más felices en sus ojos que en sus ropas, los cuatro se venían protegiendo uno a uno, una especie de círculo entre esos cuerpos, la cabeza sobre unas piernas, el torso sobre la cadera de aquella, así cada uno descansaba sobre un miembro del otro. Se miraban felices, eran más felices que muchos de nosotros, más que la secretaría traje sastre, que la vendedora uniforme azul marino, que la rubia falda pequeña, que yo mujerlibro en la naríz. Nosotros calzados, limpios, ¿pulcros? y despiertos.
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2 comentarios:
La espera
No espero a nadie
pero siempre estoy mirando la puerta
Si se presentan ante ella
por favor no entren
ni siquiera reteniendo el aliento
No espero a nadie
solamente me espero a mí
Nada que ver con la entrada, sólo un pequeño regalo de cumpleaños
Pues yo te quería escribir algo llegador, de esas cosas que cuando las lees hasta te dan escalofríos y pensé en un cuento de Buzzati de terror como los que te gustan pero no lo encontré en la red, así que luego te lo paso.
De todos modos muchas muchas muchas felicidades también quisiera escribirte algo menos choteado pero ya vez que a mí esto de escribir nada más no se me da.
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